Para practicar BAM no es necesario contar con conocimiento previo, ya que los movimientos son muy sencillos, precisos y fáciles de entender. Si bien la sesión puede llegar a ser esforzada, en cualquier momento se puede descansar y retomar luego, viéndose igualmente beneficiado. Las exigencias, tanto físicas como emocionales, muchas veces resultan contraproducentes. Los movimientos fueron pensados para respetar los ejes anatómicos y la forma natural del cuerpo, por lo que no es posible lesionarse durante el trabajo.